lunes, 31 de mayo de 2010

Rutinas, Caminares, Bloqueos


He estado dos semanas de vacaciones, fuera de la rutina habitual, donde uno tiene definidos y estructurados los tiempos para hacer unas u otras cosas y por supuesto, tambien para las caminatas diarias donde uno trata de alguna manera de encuadrarlas dentro de estas rutinas.
Cuando de alguna manera desaparecen estas rutinas y uno se encuentra con situaciones no tan controladas para continuar este trabajo, uno tiene que aprovechar situaciones, ya sea con gente o sin gente para realizarlas. 
Por ejemplo, al visitar un determinado lugar, en el que voy con familia o amigos,  voy con ellos.... pero a la vez trato de estar consciente de mi caminar y de mis sensaciones, tratando de jugar con ello, exagerando el paso, yendo más lento, apartandome un poco... etc. con lo que al final del día... repasandolo, me doy cuenta que he trabajado bastante y aunque no sean caminatas solitarias permiten de alguna manera experimentar continuamente fuera de las rutinas habituales del dia dia.

Lo que si que me ha costado, despues de esos 15 dias, es volver a estructurarme.  De repente me he encontrado con bastantes tareas a realizar y he pasado una semana completamente desorganizado como si me resistiese a volver a entrar en un mundo  rutinario. 
Es curioso, observar ambos contrastes ya que,  aunque era consciente de que me ponía cualquier tipo de excusa para no hacer lo que tenia que hacer.. no era capaz de hacerlo cuando antes era algo normal.
Al final decidí, despues de unos dias... empezar por algo... cualquier actividad y empezar a descongestionarme.

Ahora estoy en ello de nuevo, tratando de, dentro de las rutinas diarias, no volver a caer en bloqueos extraños y aprender de esta experiencia.

Da

viernes, 14 de mayo de 2010

Entierro



Los redobles nos llaman para la gran hora

No es la del ayer ni la del mañana

Esperabas que fuera ahora pero se fue

Cuchillo que vamos afilando en vida:

Hora de morir

La tumba del poeta



Hace poco en el país en que nací se buscaba la tumba del poeta, el que paseando por el campo, en una zona llamada La Asquerosa, con 7 años encontró un ánfora romana y en ella unas monedas. El niño quitó la tierra de la moneda y al ver en ella el reflejo del sol en la esfinge comentó que fue ahí donde por primera vez se dio cuenta de la belleza.

En nosotros habita lo racional, explicándonos con criterio y disimulando nuestro infortunio, pero en lo profundo… encontramos lo simbólico y el puente, en ocasiones doloroso, hacia la gran vida.

Aquel a quien rendimos entierro y recuerdo, aquel a quien ponemos nombre y damos presencia en nuestro corazón con cariño y respeto, aquel que descansa en la Tierra y sabemos donde, sana nuestra psique profunda y abre puertas del cielo en vida.

Sabedores somos que la Tierra de la basura crea flores de colores y aromas para nuestros sentidos.

Sabedores somos que a quien enterramos y recordamos nos ayuda en nuestro destino.

Sabedores somos que sólo honrando nuestras raíces recogeremos buenos frutos.

Sabedores somos que la Tierra es el símbolo del Amor más grande.

Y es que el poeta me recuerda en lo profundo lo que la Tierra enseña.

Es por eso que estoy triste si no puedo regar tu tumba y llevarte unas flores.

¡Cuanto necesitaríamos saber de ti! Tanto, que no miramos la herida que nos produce.

A veces cavo mi tumba y cada semana, como el Marakame me enseñó, duermo dentro de la Tierra, para así aprender a Amar, que es a lo que aquí vine.

¡Ay!, cuantos sueños y noches aún me faltan… cuanta belleza se me escurre entre los dedos…

Desde enero, Federico, te llevo unas moneditas esas noches.