.
Pasado el tiempo aprendemos a tolerar a otros.
De este modo a pesar de lo que el otro haga o diga, le permitimos hacer y ser.
Al ser tolerantes sonreímos y evitamos problemas, cedemos espacios fuera para que todos estén incluidos.
Sin embargo tolerar no evita el juicio, ni la distancia, ni la etiqueta sobre el prójimo o sobre los acontecimientos.
Tolerar es una medida externa en un interior que sigue juzgando, esto es, midiendo, con la mente que compara, entre lo que Es y lo que Debería Ser, entre el mundo propio cargado de razones y la Realidad cargada de evidencia.
La razón es tan poco razonable que se permite superar a la evidencia.
Tolerancia, vuelta del Samsara, máscara evidente de la arrogancia.
De este modo a pesar de lo que el otro haga o diga, le permitimos hacer y ser.
Al ser tolerantes sonreímos y evitamos problemas, cedemos espacios fuera para que todos estén incluidos.
Sin embargo tolerar no evita el juicio, ni la distancia, ni la etiqueta sobre el prójimo o sobre los acontecimientos.
Tolerar es una medida externa en un interior que sigue juzgando, esto es, midiendo, con la mente que compara, entre lo que Es y lo que Debería Ser, entre el mundo propio cargado de razones y la Realidad cargada de evidencia.
La razón es tan poco razonable que se permite superar a la evidencia.
Tolerancia, vuelta del Samsara, máscara evidente de la arrogancia.
,
:
: